Las elecciones municipales de Brasil en 2024 marcan un hito en la participación política de personas con orientaciones sexuales y géneros no normativos. En este artículo analizamos el avance en representación política de las personas LGBTIQ+ y los desafíos aún presentes.
Las elecciones municipales de Brasil, que eligen a sus representantes ejecutivos y legislativos locales, celebradas el 6 de octubre de 2024, marcaron un hito importante en la participación política de las personas con sexualidades y géneros no normativos, registrando una cifra de participación política nunca antes vista. Tras la transición de un gobierno de marcada hostilidad hacia los derechos LGBTIQ+ bajo Jair Bolsonaro a uno más inclusivo con Lula da Silva, se ha observado un cambio significativo en el ambiente político, lo que ha permitido un mayor respeto y promoción de los derechos.
Este cambio ha permitido a los movimientos LGBTIQ+ trabajar en un entorno menos hostil, facilitando así la postulación y elección de candidatos diversos. Sin embargo, la homofobia y transfobia no han sido erradicadas. Según el medio argentino Página 12, se han registrado más de 455 casos de violencia política, lo que indica un ambiente frágil para la seguridad de todos los candidatos en el país. Un caso notable fue el de Leó Áquila, una mujer trans activista por los derechos LGBTIQ+, quien sufrió un intento de asesinato, aunque resultó ilesa. La candidata asegura que el ataque se debió a su activismo LGBTIQ+ y que había recibido amenazas previas, por lo que había solicitado protección que no fue concedida.
A pesar de que coexisten mejores posibilidades para las personas LGBTIQ+ junto a la violencia política, según datos proporcionados por VoteLGBT, un total de 219 representantes LGBTIQ+ fueron electos en 190 ciudades de Brasil, a partir de un total de 3,051 candidaturas. Sin embargo, esta cifra solo indica un potencial de representación, ya que el Tribunal Superior Electoral no recopila datos sobre personas intersexuales y no binarias, lo que limita una visión más amplia de la diversidad de identidades en el ámbito político.
En términos de género, se observó que el 62% de los representantes electos son hombres, mientras que el 38% son mujeres. Esta disparidad resalta la necesidad de seguir promoviendo la equidad de género dentro del panorama político. Además, es importante destacar que en las elecciones municipales de 2020 solo fueron electas 97 personas LGBTIQ+, lo que refleja un avance significativo en comparación con este año. Analizando la composición de los representantes electos según su orientación sexual, se destaca que la mayoría son hombres gays, con 101 electos. Las mujeres lesbianas, con 40 representantes, también tienen una presencia notable. En menor medida, se eligieron 35 personas bisexuales, 17 heterosexuales, 15 asexuales y 2 pansexuales.
Es relevante mencionar que la mayoría de las candidaturas electas provienen de la izquierda (51.1%), seguidas por la derecha (20.1%) y el centro (28.8%). Este predominio de candidaturas de izquierda sugiere que las plataformas políticas más progresistas están ganando terreno en la inclusión de agendas LGBTIQ+. En el contexto brasileño, respecto a la población LGBTIQ+, desde 2010 Brasil cuenta con el Consejo Nacional de Combate a la Discriminación de LGBTIQ+ y Transexuales, cuyo objetivo fundamental es formular y proponer directrices para la acción gubernamental. Este consejo, compuesto por miembros del gobierno y de la sociedad civil, es crucial para garantizar que las políticas públicas reflejen y protejan los derechos de las personas LGBTIQ+.
Las elecciones municipales de 2024 en Brasil han evidenciado un avance significativo en la representación de identidades de género y orientaciones sexuales diversas. Aunque se han logrado importantes progresos, es crucial continuar luchando por una mayor inclusión, especialmente en lo que respecta a la representación de personas intersexuales y no binarias. La interacción entre políticas progresistas y movimientos sociales es fundamental para garantizar que todos los ciudadanos, sin importar su identidad de género u orientación sexual, tengan voz y representación en el ámbito político. El camino hacia la igualdad y el respeto por los derechos humanos en Brasil sigue su curso, y cada elección representa un paso adelante en esta lucha colectiva.