Descentralizar los ejercicios de consulta sobre una iniciativa legislativa, cada vez más se configura como uno de los principales retos en la agenda pública. Por tal motivo, las estrategias convencionalmente empleadas por esta rama del poder resultan ineficientes con las necesidades y agenciamientos territoriales de determinados grupos poblacionales. En ese sentido, los mandatos populares se posicionan con mayor fuerza como una estrategia de carácter popular que, a su vez, reconocen con mayor ímpetu la necesidad de garantizar escenarios de concertación situados en contextos territoriales, rurales y periféricos
19 de junio de 20124. La anterior premisa fue una de las reflexiones esenciales que surgieron durante el Encuentro Regional del Pacifico, realizado en el Distrito de Buenaventura, Valle del Cauca. Precisamente, fueron alrededor de 25 activistas trans y representantes de organizaciones de la sociedad civil quienes celebraron los esfuerzos aunados por situar las reflexiones en contextos territoriales como Buenaventura. Donde la situación de derechos humanos para las personas con identidades de género diversas se encuentra interseccionadas por dinámicas del conflicto armado y debilitamiento de los procesos organizativos LGBTIQ+.
Sin duda alguna, este espacio no sería posible sin la juntanza de organizaciones de base que realizan acciones de incidencia en los departamentos del Cauca y Valle del Cauca. Particularmente, acudieron al Encuentro organizaciones sociales de Popayán (Mariposas Negras, Corporación Culturas Diversas, Colectivo Transalidades y Furia Marica) organizaciones de Santiago de Cali (Santamaría Fundación, Afroresistance) y procesos colectivizados de Buenaventura (Alma de Colores y Red de Paz).
No obstante, surgieron varias reflexiones valiosas en torno al encuentro regional que demarcan una serie de fisuras al interior del movimiento social que parecen responder a lógicas de centralismo y racismo al tratarse de personas trans con pertenencia étnico-raizal. Pues, varios de los activismos independientes reconocieron que, si bien existe una deuda histórica con las personas trans, esta se exacerba al interseccionar con dinámicas de racialización, territorialización y conflicto armado.
Finalmente, quisiéramos rescatar una de las reflexiones más contundentes del encuentro, que interpela el reconocimiento situado de las prácticas y saberes ancestrales de comunidades trans, negras, afrocolombianas o afro centradas que, por su parte, contribuyen a la reconstrucción del tejido social a partir de saberes como el folklore, la ancestralidad y la oralidad de los pueblos históricamente racializados. En ese sentido, es fundamental posicionar dichas reivindicaciones que oxigenan las formas de incidencia política construidas alrededor de este proyecto de ley que reclama los derechos de las personas trans y no binarias del estado colombiano.