El Vuelo del Turpial

El activismo como vehículo para el fortalecimiento del tejido social con ciudadanía migrante y refugiada LGBT venezolana

28 de agosto de 2021. En la cotidianidad se esconden historias de héroes sin capa. Frank Rangel de 23 años es un joven venezolano quien desde su llegada a Colombia ha buscado las maneras de ayudar a sus coterráneos y contribuir a que la estadía de éstos, en el país, sea lo menos abrumadora y dolorosa posible.

“Hace casi cinco años cruce hacia Colombia; un país al cual decidí llegar porque Venezuela ya no podía ofrecerme oportunidades para poder seguir avanzando en cuestión de estudios y trabajo. Permanecer en ese país hubiera sido condenarme a una vida cargada de decepciones, desilusiones y un futuro incierto. Una vez en Colombia fui testigo de cómo éramos tratados y en algunas ocasiones maltratados y violentados, así que me puse como meta ayudar a quienes como yo dejaron parte de su historia atrás”, expresa Rangel, quien actualmente lidera Integra, uno de los procesos insignia de Caribe Afirmativo.

18 años tenía cuando cruzó la frontera y pisó el suelo colombiano con la firme convicción de que su situación mejoraría rápidamente, pero no; él notó que aún cuando Colombia se había convertido en un gran aliado de la migración, siendo uno de los países de acogida en Latinoamérica, existía una “desigualdad marcada”, que consistía, como dice él, en que “las personas venezolanas no tenían una oportunidad real de integrarse a la población colombiana por medio de unos buenos lazos laborales. Había demasiada exclusión evidenciada en cosas como: si eras venezolano y estabas buscando trabajo no te aceptaban la hoja de vida o insistían en nuestra regularidad, aun sabiendo que muchos de nosotros salimos casi huyendo de nuestro país ante la gran crisis humanitaria. No esperábamos puestos gerenciales, pero sí trabajos dignos que nos permitieran sobrevivir”, expresa.

Es debido a esto que Frank decidió convertirse en promotor del cambio y la transformación de la situación que vivían y viven actualmente centenares de venezolanos en el país. “No puedo explicarlo, pero en mí nació un inmenso deseo de ser activista. Ya no podía ver tanta injusticia y segregación. ¿Cómo no llorar al ver que alguien que puede ser tu madre, abuela o hermana no le prestan los primeros auxilios por no tener papeles o el dinero suficiente cuando se ve que ha tenido que dormir en la calle y pedir dinero?”, destaca, agregando que hoy en día la situación es diferente, pero hay cicatrices de las heridas ocasionadas por quienes debían garantizar sus derechos en Colombia.

“Cuando comencé a preocuparme por mi comunidad y ver que era posible lograr ciertos cambios que podrían generar beneficios a los y las venezolanas, empecé a visitar diferentes organizaciones que trabajaban por los derechos humanos llegando a una que cumplía todas mis expectativas: defendía la igualdad, me daría una oportunidad para trabajar y no sería violentado por ser gay. Es así como ingresé a Caribe Afirmativo donde he podido liderar un equipo para impulsar acciones positivas en favor de personas LGBTI en situación de movilidad humana”, cuenta.

Encuentros con ciudadanía venezolana LGBTI del proceso Integra.

Desde 2018, CARIBE AFIRMATIVO ha contribuido en contrarrestar la discriminación hacia las personas LGBTI migrantes y refugiadas y apoyar en la construcción de sociedades más justas que garanticen derechos y oportunidades para todas las personas que conviven en un mismo territorio, favoreciendo la integración social, política, cultural y económica.

“Fui impresionante cuando me permitieron trabajar en esta organización, a partir de ese momento comencé a investigar sobre la situación migratoria en los territorios donde hacia presencia Caribe Afirmativo, y poco a poco se fue fortaleciendo las iniciativas que se proponían para el trabajo con la ciudadanía migrante y refugiada. En mí creció un liderazgo y comencé a viajar por todo el país para analizar cada una de las necesidades que personas venezolanas gais, lesbianas, bisexuales y trans experimentaban de manera individual, porque no puedes echar en un saco a todo el mundo, por lo que es necesario conocer la vida de estas personas de manera particular, escucharlas y convivir con ellas”, explica.

Hoy en día, el proceso Integra cuenta con la participación de jóvenes venezolanos y venezolanas de diferentes territorios como: Medellín Cartagema, Maicao, Soledad, Montelíbano, Ciénaga y El Carmen de Bolívar, teniendo como puntos de encuentro las Casas de Paz y Casas Afirmativas, que son espacios que buscan promover la inclusión social y el reconocimiento de la diversidad sexual.

“Estoy muy agradecido con las personas que han confiado en mí. Eso me motiva a seguir adelante y trabajar con amor, con el anhelo de que todo podrá ser mejor y que llegará el día en que podamos volver a casa, sin pasar por el hambre y la pobreza”, puntualiza.

Finalmente, Caribe Afirmativo a través de actividades de investigación, escuelas de desarrollo de liderazgo, ejercicios de incidencia política y ayuda humanitaria para personas venezolanas en riesgos de vulnerabilidad ha logrado identificar las vivencias de patrones de violencias en el tránsito migratorio y de las dificultades en la integración social de las personas venezolanas LGBTI migrantes y refugiadas.

Frank en compañía de la familia Integra