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Diversidad en resistencia: mujeres LBT migrantes y el desafío ante la violencia de género 

25 de noviembre de 2023. El patriarcado es un sistema de opresión arraigado en estructuras sociales que privilegian a los hombres en detrimento de las mujeres y ejerce su influencia de manera generalizada en la sociedad. Estas formas de opresión de un sistema machista y patriarcal suelen tener mayores impactos en las vidas de mujeres migrantes y refugiadas, este sistema se entrelaza de manera compleja con otros elementos de opresión, como la discriminación racial y la xenofobia debido a los estigmas y prejuicios asociados a su origen étnico; y la violencia estructural, que incluyen la falta de acceso a recursos básicos como la educación, salud y empleo, creando una red de desafíos interconectados que afectan de manera particularmente intensa a este grupo de mujeres.

Las condiciones precarias, la falta de redes de apoyo y las dificultades para acceder a servicios de ayuda hacen que estas mujeres sean más vulnerables a diversos tipos de abuso, incluyendo la violencia de género. Es crucial abordar estas intersecciones de opresión de manera integral para garantizar la igualdad y la justicia para todas las mujeres, independientemente de su origen o estatus migratorio.

Este entramado de opresiones también afecta de manera profunda y diferenciada a las mujeres Lesbianas, Bisexuales y Trans (en adelante LBT) migrantes y refugiadas, pues ellas enfrentan una discriminación adicional debido a su orientación sexual y/o identidad de género, lo que agrava aún más su vulnerabilidad, ya que no solo enfrentan las barreras inherentes al patriarcado, sino también las consecuencias de una sociedad que a menudo no reconoce la diversidad de orientaciones sexuales e identidades de género, lo que las lleva a experimentar formas específicas de exclusión social, estigmatización y violencia.

Un trabajo de cinco meses en los municipios de Galapa, Baranoa, Puerto Colombia y Sabanalarga, nos ha llevado a comprender las realidades de las mujeres LBT migrantes que habitan en estos territorios, y nos permitió evidenciar un proceso de descubrimiento y aprendizaje. Cada historia compartida y cada experiencia narrada, nos ha llevado a comprender las complejidades de vivir como una mujer LBT migrante en estas comunidades.

Sus vidas son tejidas con hilos de valentía, resistencia, resiliencia y a menudo, de desafíos incomprensibles. Los encuentros realizados permitieron profundizar en las dinámicas sociales, económicas y culturales que influyen en sus vidas diarias, lo que permitió identificar áreas que requieren atención y acción inmediata, pues su invisibilización y estigmatización pueden dificultar aún más su integración en sus comunidades de acogida. Además, la falta de comprensión y apoyo pueden dejar a estas mujeres en situaciones de aislamiento, donde incluso la misma institucionalidad aumenta su vulnerabilidad a la violencia y limitan su acceso a servicios esenciales. 

Relatos de mujeres que rompen el silencio.

“Acá discriminan más a uno por su orientación sexual y ven a uno como raro, si uno está con su pareja o algo así, entonces quieren ver a uno raro. Yo soy venezolana y eso allá no se ve así, no se ve tanto la discriminación como acá en Colombia, aquí he visto más que miren a uno como un bicho raro. Eso es lo que he vivido, no respetan la intimidad de uno.” Dijo una mujer lesbiana venezolana.

Del mismo modo, una mujer bisexual venezolana expresó: “Yo conocí a mi pareja después que llegué a Colombia hace unos años, todo iba bien en nuestra relación hasta hace como un año que comenzó a ser muy violento conmigo, me pega muy duro, un día hasta me reventó la cabeza y me tocó salir corriendo de la casa. Yo ya tengo unos meses de embarazo y también me pega, a ese *** no le importa nada, ni su hijo. También me grita todo el tiempo, me dice que no sirvo para nada, que solo soy una venezolana muerta de hambre y que si no me gusta que me trate así entonces que me regrese para Venezuela, además, se aprovecha porque como no estoy regularizada, no puedo encontrar trabajo y dependo de él para todo; hay días en los que no me da ni comida porque dice que no tiene plata mí, pero se va a tomar con sus amigos siempre… Esto es muy duro, yo no quisiera vivir así, pero tampoco lo puedo denunciar, ni puedo decirle nada a la Policía porque me da miedo que me mate, y no tengo para donde irme, no conozco a nadie y no me van a dar trabajo porque no tengo ni papeles y estoy embarazada.”

Estas son solo algunas de las situaciones a las que diariamente miles de mujeres LBT migrantes y refugiadas desafortunadamente tienen que enfrentarse. La resiliencia de estas mujeres ante unas formas de violencias que nunca debieron haber vivido invita a reflexionar sobre estas realidades y destaca la urgencia de transformaciones más amplias en la sociedad. La valentía y la fortaleza demostradas por estas mujeres no deberían considerarse como soluciones individuales, sino como llamados de atención a estructuras más grandes que perpetúan la violencia de género y la discriminación.  

Desde Caribe Afirmativo queremos reafirmar nuestro compromiso con las luchas que permean a las mujeres LBT migrantes, especialmente la lucha contra la violencia basada en género, por la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres LBT migrantes.

Las atenciones brindadas como parte de nuestro propósito no son simplemente servicios; son extensiones de empatía y solidaridad. Desde el asesoramiento psicológico hasta el apoyo legal, cada esfuerzo ha sido un recordatorio de la importancia de abordar las necesidades específicas de estas mujeres. Más allá de aliviar las cargas inmediatas, buscamos contribuir a un cambio duradero, construyendo puentes hacia un futuro más equitativo.

En este día de reflexión, hacemos un llamado a la acción colectiva. Invitamos a la comunidad a no solo escuchar estas historias, sino a comprometerse activamente en la creación de un entorno que abrace la diversidad y promueva la igualdad. La eliminación de la violencia contra la mujer, especialmente las mujeres LBT migrantes, no es solo una tarea de un día, sino un compromiso continuo que requerirá la participación y apoyo de todos.

Juntas, podemos construir un mundo más justo y respetuoso, donde todas las personas puedan vivir en libertad y con dignidad, y donde ser una mujer no te cueste la vida.