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“Dije lo que soy y no me dio miedo Salir del closet en el Caribe colombiano”

“Decidí iniciar este proceso con las personas con las que hasta entonces me sentía en confianza, con mis amigos y amigas, habíamos crecido juntos, nos conocíamos muchísimo, sabían cuan importante se convertían para mí algunas amigas, así que les dije lo que creía que me pasaba, les conté como esta amiga en particular más que ser eso era mi novia”

Relato de una mujer lesbiana, Cartagena, Colombia.

Salir del closet es la manera como cotidianamente se conoce a la decisión de hacer pública la orientación sexual o la identidad de género, si bien es un ejercicio propio, se ha convertido en una tarea motivada por quienes consideran que ser una persona LGBT no es una situación para mantenerla dentro de la esfera de lo invisible. Este ejercicio es motivado desde diversas apuestas como lo es el 11 de octubre, fecha en la que se conmemora internacionalmente la salida del closet.

Caribe Afirmativo, en su investigación Devenir en Silencio, identificó que en el caso de las personas LGBT existe un momento de vida la que se puede nombrar como “Momento de auto reconocimiento, negación e identidad percibida”, el cual habla propiamente de la decisión de visibilizar la orientación sexual y/o identidad de género.

En este momento los cuerpos hablan, la expresión de género se tiende a exteriorizar, pero reconocerse en un lugar no domesticado es encontrarse con múltiples tramas y tensiones donde las violencias emergen al interior de las familias como una manera de regulación preventiva y una estrategia correctiva para encarrilar o enrutar al individuo en unos roles binarios de género que la institución familiar considera deben reproducirse, mantenerse y perpetuarse. (Caribe Afirmativo, 2019)

A pesar de que reconocerse como una persona LGBT implica situarse en un escenario de riesgo a los derechos en un contexto como el de la costa Caribe, este permite iniciar un proceso de emancipaciones, libertades, disfrutes y re-existencias dentro de la vida cotidiana,  donde, en muchos casos, reconocer públicamente la orientación sexual o identidad de género permite dar el primer paso para colocar el tema en las agendas sociopolíticas, generar acciones por la reivindicación de derechos y provocar la desnaturalización de la violencia hacia personas LGBT.

“Luego mis amigas podían ver cómo no me daba miedo amar en público, esto fue el inicio de lo que somos hoy, muchas empezaron a contarme que también sentían cosas cercanas a las que ya les había descrito, sentían miedo de mostrarse, pero como mi proceso ya estaba “adelantado” me convertí en una persona de apoyo (…).

Ya no estábamos solas, cada vez éramos más las mujeres que nos apoyábamos y no temíamos hablar con nuestros padres y esperar una reacción de ellos. Ya no era tan tenebroso, contábamos con nosotras mismas”

Relato de una mujer lesbiana, Cartagena, Colombia.

Asumir “la salida del closet” constituye un ejercicio de apropiación, de reconocimiento, de generación de lazos y promoción de apoyo dentro de las personas LGBT, es la posibilidad de continuar trabajando por las generaciones venideras y fortalecer el respeto por las decisiones personales.