“Los conflictos interculturales nos muestran, hoy más que nunca, la necesidad de establecer un diálogo multicultural con la certeza de que nuestros fundamentos son cuestionables. En este diálogo debemos participar todos y todas en igualdad de condiciones para asegurar que no se produzca una guerra discursiva de poder, en la cual, no es difícil imaginar, las minorías siempre tendrían las de perder.” [1]
4 de febrero de 2021.La Casa Afirmativa de Medellín es una estrategia posible gracias a la articulación entre Caribe Afirmativo y Casa Diversa – Comuna 8, que tiene como donante a Mercy Corps. Busca acompañar las distintas necesidades de personas LGBTI+ de cara a la crisis política, económica y social de Venezuela, situación que les ha obligado a salir de sus territorios. A la vez busca constituirse como un espacio seguro que promueve el buen vivir, el reconocimiento de la diversidad, y en consecuencia, la no discriminación por orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género diversas (OSIGEG), convirtiéndose en un lugar que acoge a las personas LGBTI+ en situación de movilidad humana.
Colombia continúa recibiendo a una cantidad de personas que salen de Venezuela, superando el millón y medio, dispuestas a poner en juego la vida, con la incertidumbre de un destino difuso y el dolor de irse, pero en búsqueda de mejores condiciones en los territorios que les reciben. En ese sentido la ciudad de Medellín ha sido un lugar llamativo para tal ejercicio, recibiendo a personas que han encontrado en el Valle de Aburrá un lugar para reconstruir sus proyectos de vida, y no de tránsito a otro destino, toda vez que es una ciudad con dinámicas de vanguardia, que abandera discursos que le apuestan a la inclusión y al reconocimiento de la diversidad.
Sin embargo, en el estar cotidiano, también han evidenciado lo obvio de las dinámicas de ciudad: que se resiste al más acérrimo conservadurismo, a la xenofobia, la aporofobia, el clasismo, la LGBTIfobia, incluso en la periferia, donde se ha asentado buena parte de esta población a convivir con otros grupos inmigrantes, víctimas, frente a los contextos de una Medellín compleja, donde establecer un diálogo intercultural, participativo e integral podría transformar la manera en la que habitamos el territorio, y la manera en la que lo habitan quienes recién llegan a la ciudad.
Es así como la Casa Afirmativa, desde sus componentes de acompañamiento psicosocial y atención sociojurídica, ha empezado una labor urgente para las personas que entraron al país, apostándole a una mirada interseccional, con enfoque en garantía de derechos y perspectiva de género, capaz de articularse estratégicamente con otras instancias de la oferta institucional como la Gerencia de Diversidades Sexuales e Identidades de Género, la Secretaría de Juventud, la Subsecretaría de Derechos Humanos, la Secretaría de Inclusión y la Personería de Medellín, igual que con procesos de base comunitaria como la Mesa Diversa de la Comuna 4 y la Mesa de la Comuna 3 (Divergéneros), entre otras, que permiten un trabajo articulado y posibilitan otras acciones necesarias y conjuntas, como inmersión comunitaria, ferias de servicios y acercamiento de la oferta a las realidades territoriales.
La Casa Afirmativa, que en sus maneras es capaz de acoger a tantas personas LGBTI+ en situación de movilidad humana, incluso colombianas retornadas, o colombianas en situación de vulnerabilidad, abre sus puertas en el edificio Lucrecio Vélez de lunes a viernes, en el corazón de Medellín, en el clásico Junín, donde ha tenido una acogida exponencial por parte de la población a través de sus estrategias formativas y de acompañamiento grupal. Hasta la fecha cuenta con un grupo de mujeres lesbianas y bisexuales, un grupo de personas LGBTI+ y un grupo de mujeres trans, cuyo abordaje diferencial posibilita la construcción de discursos y de experiencias comunes.
Ahora mismo empezamos a diseñar estrategias para habitar la Casa alrededor del cine marica, queer/cuir, latinoamericano, con lecturas en voz alta, creativas y actividades de esparcimiento bioseguro, que empiezan a hacer de la Casa Afirmativa un lugar reconocido por ser un espacio respetuoso, amigable, dispuesto a prender alarmas, a enlazar las acciones de la ciudadanía y a transformar, en la medida de lo posible. Su enfoque comunitario pronto extenderá sus raíces a territorios como Rionegro, Marinilla, Itagüí y Bello, para hacer de esta experiencia una verdaderamente extraordinaria.
[1] ANA VELASCO LÁZARO, El Sujeto Político y la Transformación Social en Judith Butler y Seyla Benhabib, 2013.