6 de noviembre de 2020. Este Día Internacional, declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura –UNESCO– en 2019, tiene como objetivo eliminar las violencias y el acoso escolar, incluido el ciberacoso, para que todas las niñas, niños y jóvenes puedan ejercer su derecho a la educación, la salud y el bienestar social. Desde el proceso de Casas de Paz de Caribe Afirmativo al cual llegan muchos jóvenes estudiantes LGBT, hacemos el llamado a procurar acciones de prevención frente a la orientación sexual, identidad de género o expresiones de género diversas, no normativas o no hegemónicas de la niñez y juventud que desde muy temprana edad viven, y lamentablemente, se les violenta en razón de este mismo desarrollo personal e individual.
Un informe de la UNESCO confirma que la violencia y el acoso escolar son problemas importantes en todo el mundo. El texto titulado Behind the numbers: Ending school violence and bullying [Detrás de los números: Poner fin a la violencia y el acoso escolar], reconoce que:
Casi un alumno de cada tres ha sido víctima de acoso por parte de sus compañeros al menos una vez durante el mes anterior, y una proporción similar ha padecido violencia física. Quienes cometen estos actos de violencia y acoso en el entorno escolar son principalmente los propios compañeros, pero en algunos casos, también docentes y otros miembros del personal escolar. En 67 países, los castigos corporales están autorizados en las escuelas. (UNESCO, 2019, p. 7-20).
Haciendo mención al entorno familiar de niñas, niños y jóvenes LGBT –o en proceso de construcción y afirmación de sus identidades sexuales y de género–, en la investigación Devenir en el Silencio (Caribe Afirmativo, 2019), agrega frente a las formas de maltrato físico y psicológico en el que discurre la sociedad colombiana:
Los maltratos físicos y psicológicos han acompañado históricamente los procesos de socialización primaria y secundaria de los colombianos.
La historia indica que los prejuicios en torno a la diversidad sexual y de género, han servido de excusa para que en las instituciones sociales como la familia, la escuela y la iglesia, se permita la violencia contra las personas LGBT. (Caribe Afirmativo, 2019, p. 148).
Asimismo, niños, niñas o jóvenes percibidos de alguna manera como “diferentes”, son más propensos a sufrir intimidaciones en contextos escolares. Caribe Afirmativo recuerda la máxima para personas LGBT percibidas o autopercibidas: “a mayor visibilidad, mayor riesgo” que se ve reflejado en las vivencias de niñez o jóvenes LGBT víctimas de violencia escolar o ciberacoso. Sumarle a este, las múltiples realidades que les cruzan como la pertenencia étnico racial, diversidad funcional, medios económicos, formación y trabajo de madres o padres, educación que, hacen más complejo el goce efectivo de derechos, la movilidad o ascenso social, por ejemplo.
Hacer el llamado a todos los estamentos sociales de cuidar y proteger a niñas, niños y jóvenes, construir acciones afirmativas que visibilicen las vivencias de personas LGBT para que lideren cambios en las ideas prejuiciosas contra la ‘diferencia’ en nuestras sociedades, construidas por la cultura o la religión, procurar espacios seguros, de encuentro y desarrollo amigable como el proceso de Casas de Paz de Caribe Afirmativo, y resulta muy disiente, el respetar, visibilizar y exaltar todas las formas de vida, su experiencia vital y modos de transitar –o habitar– la sexualidad y/o el género.
Únete a la campaña #NoMásAcosoEscolar y junta tus manos en apoyo, en esta CASA eres bien recibida/o.