27 de enero de 2021. En su Auto no. 19 de 2021 con fecha del 26 de enero, la Sala de Reconocimiento de Verdad, de Responsabilidad y de Determinación de los Hechos y Conductas de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) por primera vez en un escrito, determina los hechos y las conductas que son atribuibles a ex miembros de las FARC-EP por toma de rehenes y otras privaciones graves de la libertad, conocido como el caso 01.
Estos miembros son individualizados en el auto para que posteriormente decidan si reconocen o no su responsabilidad frente a dichos hechos y conductas. Son individualizados los máximos responsables y partícipes determinantes de los hechos, dentro de los que se encuentran Rodrigo Londoño, Pastor Alape, Pablo Catatumbo, entre otros ex miembros.
Concluye el texto en su análisis que las FARC-EP “cometieron privaciones de la libertad que no son amnistiables, debido a que corresponden a crímenes de guerra de toma de rehenes y al crimen de lesa humanidad de otras privaciones graves de la libertad. Identifica, además, que se cometió de manera concurrente otros crímenes de guerra y de lesa humanidad”.
Adicionalmente, la JEP determina que los comandantes de las extintas FARC-EP tienen responsabilidad de mando por omitir el control de los crímenes de guerra de torturas, tratos crueles, atentados contra la dignidad personal, violencia sexual y desplazamiento forzado, y de lesa humanidad de torturas y otros actos inhumanos, de violencia sexual y desplazamiento forzado.
La JEP va más allá del análisis de la toma de rehenes y secuestro para determinar que las FARC-EP cometieron también actos de violencia sexual contra los cautivos. La sala determina la existencia de un patrón de malos tratos en los cautiverios en todos los bloques de las FARC-EP, dentro de los cuales ocurrieron hechos de especial gravedad como golpizas, aislamiento forzado, violencia sexual, entre otros hechos.
La JEP tuvo en cuenta las afirmaciones hechas por las víctimas y que fueron negadas inicialmente por los comparecientes. Frente a la violencia sexual la JEP describe que “victimas reportaron además haber sido castigadas por no pagar las cuotas, no solo con la privación de la libertad, sino con otros castigos como la violencia sexual y los trabajos forzados”. Esto equivale a aceptar la violencia sexual como castigo en muchas víctimas del conflicto armado, no solo por no cumplir con las órdenes de las ex FARC, pero como castigo contra supuestos colaboradores del enemigo, como lo cita en el auto.
Varias víctimas dieron también sus testimonios sobre la violencia sexual cometida por ex miembros de las FARC contra mujeres cautivas, una de ellas describe que “fue víctima de tocamiento y gestos obscenos que no eran castigados, sino celebrados por los comandantes”.
Este primer auto y escrito de la JEP es un gran avance para el reconocimiento de la responsabilidad por parte de grupos armados, en este caso FARC-EP, al cometer graves crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. La JEP avanza en el esclarecimiento de la verdad y justicia para las víctimas del conflicto y adicionalmente abre la puerta para que otros crímenes como el de violencia sexual sean analizados detalladamente en sus próximos casos.