La visibilidad y el orgullo pueden desempeñar un papel protector, ya que muchas personas LGBTIQ+ consideran que el activismo, la adquisición de herramientas para el empoderamiento, la participación en grupos y redes de apoyo, y las alianzas comunitarias ofrecen sostén y soporte emocional. Esto puede ayudar a mitigar el impacto negativo de la discriminación, el prejuicio y el estigma.
04 de octubre de 2024. La salud mental es parte fundamental del bienestar de todas las personas por su impacto y las formas en que asumimos los retos diarios de la vida cotidiana. En relación con esto, las personas LGBTIQ+ comprenden y vivencian la salud mental de manera especialmente compleja, resaltando en sus experiencias cotidianas los desafíos familiares y sociales que impactan su bienestar psicológico, y refiriendo en muchas ocasiones percepciones adversas y poco favorables sobre la salud mental.
Entre las percepciones más comunes en las que las personas LGBTIQ+ enmarcan la salud mental, está cómo esta se relaciona con la construcción de la identidad sexual o de género, considerándola relevante para la aceptación de sí mismos y el bienestar emocional. En este sentido, las personas sexualmente diversas que experimentan rechazo, ya sea de su familia, amigos o de la sociedad en general, a menudo enfrentan niveles elevados de ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental. También enfrentan las consecuencias de la violencia por prejuicio, de la homofobia o la transfobia, lo que desencadena luchas internas que dificultan el cuidado de la salud mental y la identificación de factores protectores para su garantía.
Por otro lado, la visibilidad y el orgullo pueden desempeñar un papel protector, ya que muchas personas LGBTIQ+ consideran que el activismo, la adquisición de herramientas para el empoderamiento, la participación en grupos y redes de apoyo, y las alianzas comunitarias ofrecen sostén y soporte emocional. Esto puede ayudar a mitigar el impacto negativo de la discriminación, el prejuicio y el estigma.
En la actualidad, las personas LGBTIQ+ reconocen el avance institucional y social en materia de conciencia sobre la importancia de la salud mental para las personas sexualmente diversas, lo que impulsa y motiva mayores accesos y rutas de atención para el cuidado emocional. Sin embargo, persisten barreras, como la falta de profesionales capacitados en enfoque diferencial, lo que en muchas ocasiones ha dado lugar a la ausencia de asistencia profesional adecuada.
Finalmente, desde el quehacer profesional en materia psicosocial, se puede decir que la salud mental de las personas LGBTIQ+ está estrechamente relacionada con las experiencias de aceptación, rechazo y acceso a redes de apoyo. Por ello, es imprescindible fomentar ambientes inclusivos y comprensivos, promover la salud mental y el enfoque diferencial en los distintos contextos, destacando la importancia de la salud mental como un componente integral de la salud general.