7 de agosto 2020. El 9 de agosto se caracteriza porque anualmente se insta a enfatizar sobre el papel de los pueblos indígenas en nuestra concepción de país y sociedad plural que ve en los y las demás, apuestas y vivencias que llaman al respeto por la tierra, la cultura, la comunidad, por y para todos.
Desde el proceso de Casas de Paz de Caribe Afirmativo hemos construido una relación cercana, llena de respeto por la cultura ancestral de cada pueblo y sabiendo que, en medio de las diferencias culturales, seguimos construyendo paz en clave de diversidad con indígenas wayú en Casa de Paz de Maicao; Arhuacos y Koguis en Casa de Paz de Ciénaga; unidades Emberas y Zenú en Casa de Paz de Montelíbano y Mokaná en Casa de Paz de Soledad.
La Guajira es un pueblo multiétnico y entre las etnias que habitan el territorio árido y desértico, se encuentra la comunidad wayú, desde Casa de Paz Maicao adelantamos trabajo de inclusión y respeto que apuntan a la transformación social. En articulación con entes territoriales y con otras organizaciones trabajamos temas de liderazgo y reconstrucción de memoria histórica, por ejemplo, durante la creación artística donde se resalta sus usos y costumbres tejimos borlas de colores que formaron la manta de historias narradas desde las víctimas del conflicto armado, como ejemplo de resiliencia y entereza de este pueblo pujante que rescata de la guerra todas esas historias de vida que se levantaron y lucharon por mantenerme en pie.
En este orden de ideas, desde Caribe Afirmativo rescatamos la importancia de continuar intentando establecer lazos en las agendas de la sexualidad y el género con las agendas indígenas wayuu, pues nos permitirá comprender la complejidad que hay detrás de estas realidades. Así, la interseccionalidad toma relevancia en la tarea de promover el debate de cómo se configuran y relacionan estas construcciones identitarias en La Guajira, por lo cual en 2018 lanzamos la campaña “Tejiendo Diversidad”, un espacio para posicionar las reflexiones que como movimiento LGBTI debemos seguir dándonos frente al tema étnico-racial en el Caribe.
Ahora, nos vamos al Magdalena, desde la Casa de Paz de Ciénaga se realizó un trabajo durante el 2019 y parte del 2020 con pueblos indígenas: Arhuacos y Koguis. El proceso de Reconcíliate con la Diversidad fue un proyecto de la mano con USAID y ACDI VOCA que buscaba generar estrategias y herramientas para la inclusión de personas teniendo la participación de víctimas del conflicto armado, personas afros y negras, LGBT, jóvenes e indígenas de la región. Durante un (1) año, aproximadamente, mediante diálogos abiertos, se generaron procesos de integración e inclusión que desde la reconstrucción de memoria permitieron construir paz desde la diversidad, la aceptación y el respeto. La comprensión del mundo como árboles que da múltiples frutos con sabores, texturas y olores distintos, es el entendimiento para hablar de un orden natural en donde todo es válido, por tanto, ser diferente es posible.
Los Altos de los ríos San Jorge y Sinú en el sur cordobés, habitan comunidades indígenas Embera y Zenú que hacen una protección y defensa del territorio ancestral y comunitario, el medio ambiente y la cultura que sobrevive a los grandes proyectos extractivitas en la región. En Casa de Paz de Montelíbano nos encontramos con compañeres LGBT indígenas del municipio vecino de Tierralta que, en medio de apuesta de acceso a la justicia, una agenda que cruza la intersección etnia/diversidad sexual/género, da herramientas en la exigibilidad de derechos y las resistencias se tornan en clave de red de hermanamiento ante las comunidades de la región que mantienen ideas negativas frente a las orientaciones sexuales, identidades y/o expresiones de género diversas.
Por último, en Soledad se ha trabajado con la comunidad Mokaná, y el reconocimiento su diversidad étnico racial, por ello, en el marco de la fecha del Día internacional de los pueblos indígenas, recordamos que existe una deuda histórica con los primeros pobladores de este país y el reconocimiento de la diversidad sexual y de género de ellos.
Resignificar la vivencia de elles, es un trabajo continuo que el proceso de Casa de Paz le apuesta para que todas las personas LGBT vivamos, existamos, seamos.
Los aprendizajes de estos grupos ancestrales generaron resultados maravillosos y sorprendentes, conocer la aceptación de la diversidad sexual y de género en un sentido como un orden natural, pues dentro de sus cosmovisiones las cosas ocurren por un designio del destino. De la misma forma, la interrelación de los participantes permitió ampliar y compartir la forma en como construyeron la vida, y sin lugar a dudas, la enseñanza: “el amor no es una limitación, el amor es amor”.
Finalmente, desde Caribe Afirmativo invitamos a leer ¡Es ahora! Informe de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de afrodescendientes e indígenas LGBT, en cinco municipios de Colombia (Quibdó (Chocó), Buenaventura (Valle del Cauca), Cartagena (Bolívar), Riohacha y Uribia (La Guajira)).