8 de marzo de 2022. Hoy las mujeres del equipo de Caribe Afirmativo, en el marco del 8 de marzo, entendemos que el mal llamado Día de la Mujer, reducido a palabras, regalos y felicitaciones vacías, ha sido un gol más del sistema capitalista y patriarcal para silenciar nuestras voces y desfigurar nuestros sentires. Es así como invitamos a todas las mujeres a apropiarse de esta fecha histórica cargada de matices agridulces y sinsabores; a conmemorar las heridas abiertas, las ausencias sin querientes, los silencios cómplices en la historia y las vidas truncadas por la violencia machista; y a recibir y continuar con el legado de las brujas sometidas y marginadas que tomaron el desafío de transformar su realidad.
En el Día de la Reivindicación de los Derechos de las Mujeres, sabemos y reconocemos que, a través del tiempo y la historia, nos han sometido, explotado, abusado y violentado bajo la impunidad cómplice del patriarcado. En este punto, comprendemos que la interseccionalidad sigue estando más viva y vigente que nunca y que las mujeres trans, racializadas, rurales, migrantes, pobres y con orientaciones sexuales y expresiones de género diversas somos oprimidas de forma sistemática en distintas dinámicas sociales. Somos mujeres en resistencia constante. Somos la continuidad de una historia en construcción. Recibimos una lucha por cambiar una realidad que está arraigada, que nos somete, que nos condiciona, que nos limita y que nos asfixia. Nuestra apuesta hoy es a persistir, resistir y construir. Incidir es nuestro desafío; transformar, nuestra consigna.
Hoy hacemos marejada: la digna rabia y la sonrisa cómplice se toman las calles, casas, plazas, campos y oficinas. Hoy, como cada día, se erige la rebeldía de quienes nos dieron vida con su lucha y con sus guisos en el fogón, —quienes lo siguen haciendo— sin poder parar porque ellas son la piel y radiografía de “si las mujeres paramos, se paraliza el mundo”. Con fuerza, rabia y coraje alzamos nuestras voces por todas las compas que no pueden hablar. Exigimos al Estado una pronta respuesta a las miles de denuncias de desapariciones y muertes. Gritamos que nuestros cuerpos no son botín de guerra; somos sujetas de derecho, no objeto de los hechos.
¡Qué las calles se inunden de una marea morada y verde! ¡Qué se llenen de pañuelos, pancartas y pinturas! ¡Qué se escuchen canticos, arengas y gritos de resistencia! Las maricas, las travestidas, las marginales, las camioneras, las marimachas, las areperas, las mal cogidas y las brujas vamos por todo. Tu indignación juntada con la mía es la herramienta más poderosa para seguir entendiendo y reconociendo nuestra lucha. Las esquinas y las noches se quedan pequeñas. Hoy y siempre viviremos con el sueño, la certeza y la responsabilidad de construir una sociedad equitativa, justa y digna por todas y todes.
Por nuestras antecesoras y el legado que nos confiaron; por nuestras vidas, luchas y sueños; por las mujeres que vendrán después de nosotras…
¡La revolución será transfeminista o no será!