El Bajo Cauca se ha convertido en un territorio inestable en cuanto al orden público. Se resalta la irrupción por parte de grupos armados de ultraderecha como las ‘Águilas Negras’ y miembros extranjeros como el Cartel de Sinaloa. Este último se atribuyó el cruel asesinato de la candidata Karina García, en donde cinco personas más fueron asesinadas en Suárez, Cauca.
Circulación de panfletos con amenazas incluidas, masacres recurrentes y abandono por parte del Estado son los principios por los cuales se rige el presente de esta zona del país, aprehendido por distintas violencias que dificultan el desarrollo libre en un supuesto de sociedad democrática.
Como demarque en últimos hechos, la madrugada del 9 de septiembre casi de manera paralela 7 personas fueron asesinadas zona rural de los municipios de El Tambo, Argelia y Cajibío. En los casos registrados, los modus operandi fueron similares, en los cuales los victimarios acudían en grupos y arremetían en contra de la vida de las personas, en sus lugares de residencia.
Yendo un poco más atrás, el ataque del Clan del Golfo que acabó con la vida de cuatro integrantes del Ejército Nacional en el Bajo Cauca, también delimita un estado de alerta en relación a la poca garantía de protección y seguridad para con la comunidad; las cuatro vidas de los militares se cobraron cuando realizaban gestión de control territorial tras acudir a un llamado de emergencia a partir de un enfrentamiento de el Clan del Golfo y el grupo armado también de origen extranjero, ‘Los Caparrapos’.
Esto, sumado a los meses de violencias en contra de líderes sociales indígenas; en lo que va del año, 36 líderes indígenas de la comunidad Nasa han sido asesinados por los grupos armados que delinquen en todo el territorio del Cauca, a lo que se le agrega una cifra dispuesta a constante cambio por la población que reciben múltiples amenazas debido a sus labores comunitarias.
A su vez, este tipo de violencias no han sido ajenas a la comunidad LGBT, en el cual se resalta el asesinato de una mujer lesbiana integrante de la mesa de trabajo departamental de esta comunidad. La misma población ha sido puntualizada como objetivo militar en varias circulares de grupos armados, atentando en contra de la sana socialización con el territorio colombiano.