* Este informe describe crímenes de lesa humanidad de persecución por prejuicios relacionados con las OSIGEG diversas que sufrieron las personas LGBT durante el conflicto armado en el norte del Cauca.
* Este informe analiza, desde las voces de las víctimas, la violencia diferenciada en el marco del conflicto armado, su gravedad, su representatividad y los impactos psicosociales, físicos, socioeconómicos, colectivos y comunitarios.
*Caribe Afirmativo se propone resignificar las violencias y sus impactos, promover la desnaturalización de prejuicios, procurar el reconocimiento de la violencia diferenciada, identificar los impactos sufridos, las resistencias y las luchas de las personas LGBT.
Testimonios:
“Cuando nos perseguían con ladrillos vea… tenía 17 años. El comandante de la estación de policía de Miranda me encerró en la estación de policía durante 4 horas, me amarró en un palo y había un hormiguero. Que… eso era una forma que tenían ellos como de castigo, y a todos los “maricas” del pueblo, para que se nos quitara la “maricada”. Y eso era de conocimiento público… y porque de pronto nos cogimos de la manito y nos dimos el besito”. (Entrevista a víctima del norte del Cauca)
“Tiene 12 horas para salir del territorio, marica hijueputa, una cantidad de cosas que hasta me da pena decirlas, que yo era gay, que yo era marica, que yo era un hijueputa, malparido…, un poco de groserías y que si yo no me iba le entregaban la cabeza a mi mamá”. (Entrevista a víctima CA-03, agosto de 2020)
10 de marzo de 2021. Caribe Afirmativo, con el apoyo de la Fundación Triángulo y la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo – AEXCID, presentaron el pasado martes 9 de marzo a las 10:00 a.m. a la Jurisdicción Especial para la Paz un nuevo informe sobre violencia contra personas lesbianas, gais, bisexuales y trans (LGBT) en el marco del conflicto armado.
Desde el área de Paz y Conflicto Armado, Caribe Afirmativo propicia la participación de personas y colectividades LGBTI en la construcción de paz, la reconciliación y convivencia desde los territorios, con enfoques diferenciales y perspectiva interseccional, para la garantía de los derechos a la verdad, la justicia, la reparación integral y la no repetición. A partir de este objetivo, Caribe Afirmativo ha documentado y sigue documentado casos de violencia contra personas con orientaciones sexuales, identidades de género y expresiones de género (OSIGEG) diversas en el marco del conflicto armado en distintos territorios del país.
Esta documentación ha llevado las voces de las víctimas al Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (SIVJRNR). Hasta la fecha, han sido cuatro informes presentados por Caribe Afirmativo ante la JEP: dos informes presentados al caso No. 004 priorizado por la JEP sobre violencias contra personas LGBT en la subregión de Urabá, un informe sobre violencias contra personas LGBT en la subregión de Montes de María y un informe sobre violencias contra los sujetos colectivos de la Mesa LGBT de la Comuna 8 de Medellín y el Colectivo LGBT de San Rafael, Antioquia. Además, Caribe Afirmativo ha presentado tres informes ante la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición (CEV), junto con numerosos documentos técnicos que han resultado de las experiencias de las víctimas LGBT del conflicto armado en Colombia.
Es entonces, desde el cumplimiento de uno de sus objetivos que Caribe Afirmativo le apostó a la documentación de casos de violencia contra personas LGBT en el norte del Cauca en compañía del Colectivo Viraje. Se trató de un trabajo realizado en gran parte en medio de la pandemia por Covid-19, siendo una pequeña muestra de las luchas y resistencias de personas LGBT en este territorio.
En esta oportunidad, presenta Aquí nadie pidió la guerra, informe sobre violencias contra personas LGBT en el marco del conflicto armado en el norte del Cauca.
Este informe describe crímenes de lesa humanidad de persecución por prejuicios relacionados con las OSIGEG diversas que sufrieron las personas LGBT durante el conflicto armado en el norte del Cauca. Se identificaron patrones de conductas basados en prejuicios relacionados con la diversidad sexual y de género por parte de las FARC-EP, la Fuerza Pública y grupos paramilitares. Se trataron de violencias utilizadas para lograr el control territorial y de la población, así como obtener legitimidad social con la “exclusión” de las personas LGBT del territorio. Todo esto como fines estratégicos para lograr ventaja militar en la guerra.
Este informe analiza, desde las voces de las víctimas, la violencia diferenciada en el marco del conflicto armado, su gravedad, su representatividad y los impactos psicosociales, físicos, socioeconómicos, colectivos y comunitarios. Además, explica cómo la Fuerza Pública tuvo participación determinante en los crímenes de persecución por prejuicios, tanto por su participación directa como por su omisión e infracción a la posición de garantía en los casos cometidos por grupos paramilitares.
En el norte del Cauca, las personas sufrieron amenazas, violencia sexual, lesiones personales, hostigamientos, torturas, detenciones arbitrarias, secuestros y desplazamientos forzados por prejuicios relacionados con sus OSIGEG diversas por parte de las FARC-EP, la Fuerza Pública y los paramilitares.
En primer lugar, las FARC-EP cometió un patrón de amenazas, violencia sexual, desplazamientos forzados y lesiones personales entre 1990 y 2012. Estas formas de violencias hicieron parte de una estrategia que buscaba vigilar y supervisar los cuerpos de las personas LGBT, incluyendo niñas, niños y adolescentes (NNA). Específicamente, ejercieron control sobre NNA y jóvenes con expresión de género diversa por: (i) considerar que la niñez y la adolescencia es el momento para “corregir” o evitar “desviación” en la OSIGEG , basándose en prejuicios relacionados con las personas LGBT; y (ii) asociar a las personas LGBT con la criminalidad, la promiscuidad, el consumo de drogas, la perversión y otros aspectos reprochados socialmente que atentan contra las NNA, por lo cual se debía “castigar” a quienes tuvieran orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género diversa. Por otro lado, una de las violencias más recurrentes por este actor armado fueron las amenazas verbales con persecución que podían alcanzar niveles de excesiva crueldad por estar acompañadas del uso de la fuerza.
Ellos me tocaban para yo poder salir porque mientras ellos pensaron que yo les iba a abrir la ventana y comenzaban con eso a punto de matarme, pero si me pusieron la pistola en la cabeza, me insultaron feo y me golpearon. Pero no, me les volé como les dije, me les volaba, no me dejaba ver, hubo gente si ellos me persiguieron para matarme y cuando iba para Toribío me tocaba esconderme entonces. (Entrevista a víctimas del norte del Cauca).
Con este tipo de amenazas, las FARC-EP podía regular no solo las expresiones de diversidad sexual y de género sino también la circulación de las víctimas en el espacio público.
En segundo lugar, la Fuerza Pública cometió un patrón de amenazas, hostigamientos, violencia sexual, detenciones arbitrarias y tentativas de homicidio entre 2005 y 2012. En el caso de la Policía Nacional, detenían a las personas LGBT o podían perseguirlas haciendo uso de la fuerza para llevarlas a las estaciones de policía. Las víctimas eran seleccionadas a partir de su visibilidad o por tener demostraciones de afecto en público, que perturbaran el orden moral que buscaban imponer. En este mismo contexto, el Ejército buscó fortalecerse como autoridad en el territorio a través de la “eliminación” de personas que se disputaran el poder político en el territorio desde la diversidad sexual y de género. El Ejército empezó a difundir discursos prejuiciosos y señalamientos contra las víctimas en el norte del Cauca, y una vez que se lograba deslegitimar y eliminar el liderazgo de las personas LGBT, las sometía a escrutinio público a través de hostigamientos para promover violencia contra ellas. Estas violencias eran reforzadas con privaciones de la libertad y restricciones a la circulación de las víctimas
Tanto el Ejército como la Policía, cometían agresiones físicas y verbales contra las personas LGBT. Muchas de estas agresiones también terminaban en violencia sexual.
La vida del travesti es muy dura. Igual que la del gay, es muy dura. Pero más dura es la del travesti. Eso lo cogen del pelo, lo arrastran, lo cascan, lo violan; me salve como unas cuatro veces de que me mataran, me salve de la guerrilla y de la fuerza pública (…). (Entrevista a víctimas del norte del Cauca)
Las violencias cometidas por la Fuerza Pública no fueron denunciadas. Por un lado, se trataban de agentes del Estado cuyos crímenes no serían sancionados, y segundo, eran hechos de violencia socialmente aceptados que legitimaban el actuar, lo que provocaba una impunidad estructural.
Finalmente, los paramilitares cometieron -con la connivencia de la Fuerza Pública- un patrón de amenazas, violencia sexual, desplazamientos forzados, tortura y secuestro entre 1999 y 2002.
Los paramilitares crearon alianzas con la fuerza pública, no solo bajo la idea de que ello permitiría limitar la acción de las presuntas bases de apoyo de las guerrillas, sino también amenazar, asesinar, desplazar, violentar en múltiples formas a personas que consideraban una amenaza para la seguridad y el orden público.
Como en mayo de 2000 ya nos llegó un panfleto más personalizado, panfleto del cual la presidenta de la junta de acción comunal de ese entonces tuvo conocimiento que nos decían que, por lesbianas, que éramos un mal ejemplo, que nos daban 24 horas para irnos (…) y el panfleto si era muy claro, nos decían que era un mal ejemplo para la comunidad y que ellos no lo iban a permitir. (Entrevista a víctimas del norte del Cauca)
Los paramilitares se aprovechaban de los prejuicios relacionados con las OSIGEG diversas que justificaban y legitimaban socialmente las violencias contra personas LGBT, consolidando a los grupos armados como “cuidadores” de un orden moral y social excluyente con el apoyo consiente de la Fuerza Pública.
Lo anteriormente descrito, son patrones de conductas que responden a modus operandi por parte de las FARC-EP, la Fuerza Pública y los grupos paramilitares, con base en violencias por prejuicios que son graves, representativas y que constituyen graves infracciones al Derecho Internacional Humanitario y graves violaciones a los derechos humanos.
Con la presentación de este informe, Caribe Afirmativo se propone resignificar las violencias y sus impactos, promover la desnaturalización de prejuicios, procurar el reconocimiento de la violencia diferenciada, identificar los impactos sufridos, las resistencias y las luchas de las personas LGBT.