El 10 de diciembre de cada año, el mundo entero conmemora el día Internacional de los Derechos Humanos; esta fecha recuerda la aprobación por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948.
Pero, ¿Qué son los Derechos Humanos? Según la oficina del Alto Comisionado para los DDDHH, estos son “derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Estos derechos son interrelacionados, interdependientes e indivisibles” (Oficina del Alto Comisionado para Derechos Humanos, 2016)
En un mundo lleno de desigualdades y violencias, algunas personas dedican su vida a la defensa de los derechos de los otros, esforzándose para que hombres, mujeres, niños, niñas y jóvenes puedan vivir plenamente. A raíz de sus múltiples esfuerzos, actores siniestros se han empeñado en interrumpir su labor.
Colombia está viviendo un momento de alta complejidad política debido al proceso de paz con la guerrilla de las FARC-EP; fuerzas de la extrema derecha y enemigos de la paz insisten en proseguir con la lucha armada en pro de los beneficios económicos de unos pocos.
Es por esto que en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, Caribe Afirmativo realiza este documento para dar a conocer la situación de DDHH de aquellas personas que justamente se encargan de defender los Derechos de los demás en la región Caribe colombiana, y de presentar los retos a los que el Estado colombiano se enfrenta en el marco del pos conflicto.
Como se dijo anteriormente, si bien el 2016 se ha considerado como el año de la paz, debido a que el presidente Juan Manuel Santos logró (en dos ocasiones) la firma de un acuerdo final de paz con la guerrilla de la FARC-EP, también fue un año contradictorio, ya que pese a la firma del Acuerdo de Cartagena (septiembre de 2016), el ganador en el plebiscito para refrendar el acuerdo (octubre) fue el NO, ante lo cual ciudadanos y ciudadanas se movilizaron en diferentes ciudades para respaldar dicho acuerdo y exigir la no dilatación de construcción del nuevo acuerdo, ante esto se dio la construcción de un nuevo acuerdo que tuvo en cuenta las recomendaciones de voceros del NO, estos se han opuesto al acuerdo, el cual ya fue refrendado por el Congreso y en espera para que la Corte Constitucional apruebe el Fast Track para su implementación.
En el marco de esto, grupos criminales han amenazado a un alto número de líderes y lideresas sociales, cuyo trabajo se centra en la defensa de los derechos humanos de quienes habitan sus comunidades, pese a que estas amenazas han sido reportadas en años anteriores, según datos de la ONG Somos Defensores, la preocupación que nace en el año 2016 es que las amenazas se han materializado, encontrándonos así en una crisis de garantías ad portas de la implementación del acuerdo de paz.
Según afirmó Somos Defensores en una presentación realizada en el Congreso de la República el miércoles 7 de diciembre, se encuentra que: 1) En lo que va del año van 10 Defensores más asesinados que en 2015 sin que aún termine el año. 2) Han disminuido las acciones del conflicto y homicidios Nacionales pero han incrementan muerte de líderes y lideresas. 3) Se reporta el mismo modus operandi 2010 – 2016. 4) Los responsables Desconocidos incrementan. (Somos Defensores, 2016)
A continuación se presentan las cifras 2010 – 2016, resaltando que la información 2016 comprende los meses de enero a septiembre, con excepción de las cifras de asesinatos, que se tienen hasta el 5 de diciembre del presente año.
Tabla 1
Cifras violencia contra líderes y lideresas 2010 – 2016
Con un total de 74 asesinatos de líderes y lideresas sociales (con fecha de corte de 5 de diciembre) a nacional, la cifra más alta desde 2013, y una de las más altas en los últimos 5 años, en el mes de noviembre y diciembre se volvió tendencia en las redes sociales el hashtag #NosEstanMatando, a través del cual se buscó llamar la atención de las autoridades competentes para que adelantaran investigaciones sobre estos crímenes.
El resto de la información (con corte en septiembre de 2016), muestra que han disminuido las detenciones arbitrarias a la mitad, en comparación con el año anterior, al igual que las desapariciones y el robo de información sensible, y aumentó en un caso el uso del arbitrario del sistema penal.
Se observa también que, como se dijo anteriormente, desde el 2010 hasta el 2015 se dio un aumento en las amenazas, aunque entre los años 2015 y 2016 se dio una disminución de un 50% en estas; para el 2016 (con corte al 5 de diciembre), aunque aumentaron los asesinatos de líderes y lideresas. A continuación se presentan las cifras de los líderes y lideresas sociales asesinadas en el 2016 (corte diciembre 5).
En la anterior tabla se observa que más de la mitad de los casos de asesinatos de defensores y defensoras de Derechos Humanos corresponden a líderes y lideresas comunales, campesinos, indígenas y comunitarios. Esto probablemente se dé debido a que estos tipos de liderazgos se relacionan directamente con las tierras, de ser así, se entendería que el core del conflicto armado es la posesión de las tierras y la apropiación ilegal de las mismas por parte de actores que han llegado a desterrar a poblaciones enteras.
Es igualmente alarmante el número de asesinatos a nivel nacional de liderazgos afro, víctimas, LGBTI, y sindicales, debido a que su labor ha sido la defensa y protección de poblaciones históricamente vulnerables, para que estas puedan disfrutar plenamente de sus derechos. Y, es inadmisible que sigan siendo asesinados líderes y lideresas de Derechos Humanos que se ocupen de temas ambientales, juveniles y abogados defensores.
74 líderes y lideresas asesinados en lo que va del 2016 es una cifra alarmante a nivel nacional, ya que la gran mayoría de estos no sólo velaba por un grupo poblacional específico, sino que han trabajado acciones concretas para la construcción de paz. En un contexto donde las movilizaciones sociales fueron claves para acelerar el proceso de un nuevo acuerdo de paz, con estos asesinatos no sólo se pretende acabar con sus vidas, sino también atemorizar a quienes le rodean, para que tampoco continúen estos procesos.
Un hecho inquietante es que la mayoría de los asesinatos están siendo realizados en los territorios; el Acuerdo final de paz hace referencia a la “paz territorial”, según la cual la construcción de paz no puede obedecer a un proceso centralizado, sino que se enfocará en los territorios, su particularidades y realidades, ya que fue en estos en donde más impactos tuvo el conflicto armado.
Si el panorama Nacional es desolador, el de la Costa Caribe Colombiana no es mejor. Amenazas, panfletos y asesinatos hace parte del pan nuestro de cada día de defensores y defensoras de Derechos Humanos, quienes sin muchas garantías estatales, continúan realizando sus acciones de paz cada día.
En la información entregada por Somos Defensores, hasta septiembre de 2016 se identificaron un total de 12 líderes y lideresas sociales asesinados en el Caribe colombiano; todas personas comprometidas no solamente con la defensa de los DDHH de un grupo poblacional en específico, sino también con la construcción de paz territorial.
A continuación se presentan los líderes y lideresas asesinadas en la costa Caribe colombiana entre los meses de enero a septiembre de 2016.
Tabla 3
Líderes y lideresas asesinados en el Caribe colombiano (enero – septiembre 2016).
En todos los casos de asesinatos de líderes y lideresas se desconoce, hasta el momento, el autor del crimen; lo cual debe representar un llamado de atención a la Fiscalía Nacional como a las demás autoridades competentes para que agilicen las investigaciones y no se quede en la impunidad.
Por otro lado, de los 8 departamentos del Caribe Magdalena es quien más defensores de Derechos Humanos asesinados tiene en lo que va del año, con un total de cuatro, seguido de Córdoba con tres, La Guajira y Cesar con dos cada uno y Bolívar con uno. Atlántico ha reportado amenazas, panfletos y atentados contra líderes y lideresas sociales en los últimos dos meses del año.
De los 12 líderes y lideresas asesinados hasta septiembre de 2016, dos adelantaban procesos con comunidades afros en Cesar; cuatro fueron líderes comunales (JAC) en Córdoba (dos), La Guajira y Magdalena; uno fue líder comunitario y ambiental en Córdoba; dos fueron líderes de restitución de tierras en Magdalena; dos fueron líderes que lucharon por la defensa de los derechos de la población LGBTI en Bolívar y La Guajira respectivamente; y uno fue un líder sindical en Magdalena.
Observándose que la mayoría de muertes registradas de defensores de Derechos Humanos en el Caribe corresponden a líderes y lideresas comunales, quienes desde las veredas que habitaron intentaron aportar a mejorar la calidad de vida de sus habitantes; seguidos de líderes afros, población históricamente vulnerada y maltratada que aun hoy en día sigue viviendo el racismo de una sociedad hipócrita y mestiza; líderes de restitución de tierras, quienes se enfrentaron a la maquinaria latifundista que en un pasado cercano desterró a un sinnúmero de campesinos; líderes LGBTI, los cuales se han tenido que luchar por la igualdad de derechos en una sociedad doble moral, donde la homofobia fue prácticamente legitimizada después de la victoria del NO. Por último están líderes ambientales y sindicales, quienes velando por los llamados DESCA (Derechos económicos, sociales, culturales y ambientales) han intentado crear un mejor país.
Ante esta situación de zozobra generalizada, en donde pareciera que no hay quien pueda defender los derechos de quienes dedican su vida a la defensa de los derechos de quienes les rodean, y donde los mismos líderes y lideresas no dejan de repetir ¡Nos están matando!, no se puede hacer menos que exhortar a la Fiscalía General del Estado Civil, a la Policía Nacional, alcaldes, gobernadores y al mismo presidente Juan Manuel Santos para que tomen cartas en el asunto y estos crímenes no queden en la impunidad.
Cabe recordar que el día 10 de diciembre Santos recibió el Nobel de la Paz por sus esfuerzos para la firma del Acuerdo final con las FARC-EP; ante lo cual tenemos Nobel, pero aún no hemos alcanzado la paz. Es preciso adelantar esfuerzos para la protección de líderes y lideresas sociales, quienes en su día a día adelantan procesos de construcción de paz. Es imposible imaginar un país en paz donde quienes la defienden desde los territorios sean asesinados de manera sistemática y despiadada.
La costa Caribe votó por la paz y se movilizó posteriormente por ella; un nuevo genocidio como el que ocurrió con la Unión Patriótica a finales de los 80’s y principios de los 90’s es inadmisible.
La paz se debe construir desde los territorios y de la mano con quienes han adelantado procesos de pedagogía para la paz desde años atrás; la firma de un papel no significa nada si grupos ilegales continúan sembrado el miedo, es por esto que se requieren medidas efectivas y eficaces para brindar garantías a los y las defensoras de Derechos Humanos.
Referencias
Oficina del Alto Comisionado para Derechos Humanos. (11 de Diciembre de 2016). Obtenido de http://www.ohchr.org/SP/Issues/Pages/WhatareHumanRights.aspx
Programa Somos Defensores. (2016). Cifras homicidios a líderes y lideresas sociales 2016.
Programa Somos Defensores. (2016). Situación de defensores y defensoras de derechos humanos en Colombia 2016. Presentación en el Congreso de la República sobre crímenes contra la paz. Bogotá.