“La autonomía económica de las mujeres sufrió un retroceso histórico en la región. La pandemia dejó como resultado una sobrecarga de tareas domésticas y de cuidados no remunerados que asumieron en su mayoría las mujeres”. Comisión Económica par América Latina y el Caribe
4 de febrero de 2022. Durante la cuarentena hubo un aumento significativo de la violencia basada en género y la violencia intrafamiliar en la mayoría de los hogares, sumado a que las labores del cuidado se decantaron en las mujeres, niñas y adolescentes, afectando de manera particular a las personas, lesbianas, bisexuales y trans, puesto que se veían en circunstancias en las que además de responder al teletrabajo, debían cuidar y hacer frente al trabajo doméstico, añadiendo el cuidado de personas que tuvieran a su cargo, siendo estás niños, niñas, adolescentes o adultos mayores.
De acuerdo con el reciente informe de la CEPAL “la autonomía económica de las mujeres sufrió́ un retroceso histórico en la región. La pandemia dejó como resultado una sobrecarga de tareas domésticas y de cuidados no remunerados que asumieron en su mayoría las mujeres”, así las cosas, a dicha realidad se suman las condiciones en las que se encuentran las mujeres lesbianas, bisexuales y trans, para quienes ha sido difícil alcanzar una economía estable, debido no sólo a las consecuencias de la pandemia, si no también el prejuicio, las violencias y la ausencia de una respuesta efectiva por parte de la institucionalidad en sus diferentes contextos.
Lo anterior se refleja en los informes que Caribe Afirmativo presentó sobre la respuesta humanitaria hacia las personas LGBTI profundamente afectadas por el Covid-19. En el primer informe se evidencia que el prejuicio y los imaginarios negativos asociados a las personas LGBTI han contribuido a que no les garanticen sus derechos, pues se evidencia que las personas con orientaciones sexuales, expresiones e identidades de género diversas no cuentan con acceso a la salud, a un trabajo formal y a una educación de calidad, factores que en medio de la crisis por el Covid-19, agudizaron su vulnerabilidad. Sin embargo, cabe aclarar que el grado de vulnerabilidad varia de persona a persona, pues no todas ellas sufrieron de la misma forma las afectaciones a causa de las medidas adoptadas para evitar la propagación del Covid-19.
En ese orden de ideas, según la estrategia implementada por Caribe Afirmativo que buscaba atender algunas necesidades insatisfechas de las personas LGBTI a lo largo y ancho del Caribe colombiano, y Catatumbo, territorios que históricamente han sido afectados por el conflicto armado, reveló que 694 acciones humanitarias en estas zonas del país, 538 tuvieron como beneficiarias a personas LGBTI. Una particularidad que se encontró fue que quienes más acudieron a solicitar estas ayudas fueron hombres gais y mujeres trans, que en su mayoría se desempeñan en el trabajo sexual y la informalidad.
En materia de orientación jurídica las mujeres trans de nacionalidad venezolana y que ejercen el trabajo sexual acudieron con mayor frecuencia a solicitar apoyo jurídico debido al incremento de violencias y discriminaciones contra ellas. Esto se relaciona con el informe de la CEPAL ya que a mediano plazo durante los primeros meses de la pandemia se exacerbó la desigualdad de género y se reforzaron los sistemas bajo la cual ésta se cimienta, es por esto que la pérdida de ingresos, el aumento de la precariedad laboral y la pobreza son fenómenos que afectan más a las mujeres y que se han profundizado durante estos meses.
Lo anterior se refleja en la sobrecarga de cuidados de los hogares, especialmente de las mujeres a quienes este rol se les ha asignado históricamente, esto ha afectado a mujeres que son amas de casa, a docentes, educadoras, profesionales de la salud y empleadas domésticas que han visto un retroceso en su participación en el mercado laboral.
Otro aspecto a analizar es la interseccionalidad de los contextos, es decir, teniendo en cuenta a mujeres lesbianas, bisexuales y trans cuyas experiencias y situaciones están atravesadas al ser afro, mujeres rurales, indígenas y migrantes, ya que de acuerdo con ONU Mujeres el 51,6% de las personas que migran son mujeres y un porcentaje importante de esta cifra se dedica a la informalidad o trabajos que no cuentan con garantías laborales. En lo que respecta a la informalidad y en el segundo informe que hizo Caribe Afirmativo sobre la situación de personas LGBTI se identificó que los grupos poblacionales más afectados como se ha reiterado han sido las mujeres trans; las personas que viven con un diagnóstico de VIH/sida; personas en situación de calle y de manera especial las mujeres LBT, particularmente las mujeres diversas migrantes y refugiadas.
Es así como la propuesta de la CEPAL es transitar hacia una sociedad del cuidad, es decir, una sociedad que reconoce que los cuidados son una necesidad universal, y que permean diferentes contextos como el ciclo de la vida, las condiciones físicas, socioeconómicas, los ingresos y la interseccionalidad de los territorios. Es por esto que el avance en políticas del cuidado son pilares esenciales para avanzar en materia de la igualdad de género.
Aunque es pertinente mencionar que este informe de la CEPAL no abarca la categoría de mujeres lesbianas, bisexuales y trans, y que es desde las investigaciones y análisis que ha hecho Caribe Afirmativo como organización, que se señalan las afectaciones de mujeres LBT en regiones periféricas de Colombia y el profundo impacto que ha tenido la pandemia, en sus vidas y sostenibilidad económica. Por tal razón, es esencial que estas investigaciones e informes se realicen desde un enfoque diferencial e interseccional y avancen en unas políticas del cuidado que lo conviertan en una necesidad universal y se piensen como un bien público, y que no este ligado a los roles de género tradicionales, si no que por el contrario sea una aspiración de todos los Estados en donde promover la igualdad fomente una corresponsabilidad en la que todas las personas y actores sean capaces de brindar cuidados y propiciar un enfoque interseccional que rompa los ejes estructurales de la desigualdad social.