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Alcalde de Cartagena propone crear “zona de adultos” a las afueras de la ciudad

El Alcalde desconoce que el problema de la ciudad no son las actividades sexuales pagas, sino los delitos que ponen en riesgo los derechos humanos de las personas LGBTIQ+. Desde Caribe Afirmativo no hemos manifestado apoyo a esta medida y rechazamos las falsas afirmaciones de apoyo a esta por parte de nuestra organización difundidas por periódicos locales.

01 de noviembre de 2024. En la mañana del día de hoy, 01 de noviembre, circulan en medios de comunicaciones la propuesta realizada por el Alcalde Dumek Turbay, la cual consiste en la creación de una “Zona de adultos” o “zona de tolerancia” como ha sido llamada por los medios de comunicación local, la cual se propone como un espacio fuera de la ciudad con medidas de control rigurosas para quienes realizarían trabajo sexual, y en donde se prohibirían el ingreso de menores de edad al espacio. Esta propuesta surge en el marco de las discusiones por la actualización del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) del Distrito de Cartagena, las medidas de Plan Titán y el flagelo de la trata de personas. 

Frente a ello, la organización considera que es necesario abrir una discusión sobre el tema de zonas de trabajo sexual con un enfoque en derechos humanos y participación ciudadana en el marco del POT. Por ello, reconocemos que este es un debate crucial en el que se requiere que se consideren la protección de los derechos individuales y la inclusión de las voces de todos los sectores de la sociedad. Sin embargo, es fundamental recordar que el verdadero problema de la ciudad no radica en las actividades sexuales pagas, sino en las dinámicas de explotación, trata de personas y otras dinámicas que ponen en riesgo los derechos humanos de las personas LGBTIQ+.

Con ello, en lugar de implementar una “zona de adultos” y de recurrir a medidas de control policial que podrían derivar en la guetización y la limitación de libertades individuales, hacemos un llamado a fortalecer el Plan de Ordenamiento Territorial (POT). Este instrumento ya contempla estrategias de uso de suelo y desarrollo urbano que, si se fortalecen con la participación ciudadana pueden ofrecer soluciones integrales que respeten los derechos y aseguren un entorno seguro para todos.

Es importante recalcar que el enfoque debe dirigirse hacia el combate efectivo de la trata de personas, que constituye una de las más graves problemáticas que enfrenta Cartagena. El trabajo sexual no es el problema, sino los contextos de explotación y tráfico que se aprovechan de la vulnerabilidad de las personas. El gobierno debe concentrarse en erradicar estas redes mediante investigaciones exhaustivas, fortalecimiento de la justicia y la implementación de políticas que aborden las causas estructurales de la trata.

Es importante señalar que el Plan Titán en Cartagena, cuya función principal es la lucha contra la trata de personas, también ha generado efectos adversos a través de ciertas acciones. Estas han sido impulsadas por la estrategia de comunicación de la Alcaldía, la cual ha confundido los conceptos de trata de personas y actividades sexuales pagas/trabajo sexual/prostitución, lo que ha llevado a la criminalización de este último, pues quienes son propensas a ser víctimas son vistas como victimarias. Este enfoque ha propiciado la persecución de las trabajadoras sexuales y ha forzado su desplazamiento a zonas como el barrio El Bosque, la Transversal 54 y San Pedro, cerca de la Bomba El Amparo. En estas áreas, se registran acciones discriminatorias, impulsadas en parte por el descontento de los residentes locales.

Finalmente, hacemos un llamado: (i) al Alcalde para que priorice medidas que protejan a los más vulnerables y que no limiten las libertades individuales con políticas de control que sólo relegan y marginan a quienes ejercen el trabajo sexual en condiciones de dignidad y (ii) a los medios de comunicación para que se abstengan de replicar narrativas que ponen en riesgo los DDHH de las personas LGBTIQ+ y de difundir falsas afirmaciones de apoyo por parte organizaciones sociales a lo que han denominado como ”zonas de tolerancia”. Reiteramos nuevamente que, las soluciones para Cartagena deben partir de una mirada respetuosa de los derechos humanos y con el compromiso de erradicar los contextos que permiten explotar y mercantilizar a personas y otras dinámicas que afectan gravemente los derechos humanos.