30 de agosto de 2020. Cuando nos preparamos para empezar a retornar paulatinamente a los espacios y actividades en lo público, después de más de 180 días de aislamiento, nos asisten dos reflexiones, de un lado la precariedad que encontraremos al retornar a los espacios colectivos y conocer situaciones de una pobreza en crecimiento, empeoramiento de la calidad de vida y ausencia de bienestar; y, de otro lado, la precariedad de cómo se sigue tratando a mucha ciudadanía de forma asimétrica, sin acceso a derechos y restringiendo sus libertades. En el marco de una y otra realidad, que no son nuevas, pero sí vamos a encontrar potencializadas, surge la pregunta: ¿cuál es nuestro papel como movimiento social? O ¿de que manera nuestras agendas deben ajustarse a las nuevas realidades?
Lee la reflexión completa aquí.
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Erwin
septiembre 3, 2020La respuesta más obvia es La Nada , como el espacio que forma y hace parte del vacío en una realidad y que es ignorada por un particular efecto.
Que importa los colores de tu bandera o como quieras disfrazar, adornar, reestructurar y maquillar el vacío, la nada lo va a absorber y seguirás siendo parte de una realidad ignorada.
En La Nada encontrarás un grupo único, lleno de diversidad, de cultura, de gran entendimiento, de felicidad, de color, de sueños, de tolerancia y respeto, si embargo la realidad echa por la cultura-religiosa-y-machista derrumba el derecho de liberta y somos de nuevo puestos en el vacío de la realidad que representa La Nada.
Como asilado LGTBQI así es como me siento, en una realidad llena de vastas oportunidades pero sigo siendo parte del vacío que es ignorado por la realidad debido a su particular efecto dentro de ella.