Si bien esta conmemoración tuvo su origen en España hace 11 años a raíz de la necesidad identificada desde los grupos de mujeres lesbianas de visibilizar sus luchas, poco a poco ha ido calando en el movimiento lésbico de otras partes del mundo, y Colombia no es la excepción. De este modo, para Caribe Afirmativo la fecha constituye la oportunidad para hacer públicas las reivindicaciones pendientes de las mujeres lesbianas en el país, quienes hoy por hoy, y pese a los significativos avances normativos, aún viven en un menoscabo de sus derechos.
En nuestro reciente informe, presentado en febrero de este año al Comité de expertas de Naciones Unidas que vigila el cumplimiento de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres, se documentó cómo en Colombia son muchas las tareas pendientes para hablar de que los derechos de las mujeres lesbianas constituyen realidades vigentes. Por ejemplo, se evidenció cómo el abordaje de la violencia hacia las mujeres lesbianas ha sido obviado del marco normativo y legal, siendo múltiples los retos en la prevención de las violencias, quienes, al ser percibidas como transgresoras de la división sexual binaria, tienen mayores riesgos de ser maltratadas y violentadas.
En cuanto al cumplimiento de otros derecho como la salud, se reportó que en Colombia no se han implementado protocolos diferenciales en materia de derechos sexuales y reproductivos que brinden garantías de acceso eficiente a las mujeres lesbianas, encontrándose que debido a la falta de sensibilización y conocimiento del personal médico, siguen siendo víctimas de violencia ginecobstétrica y en algunos casos son sometidas a tratamientos psiquiátricos y suministro de medicamentos que buscan “corregir” supuestos trastornos.
Para el caso de los derechos a la educación y al trabajo, estos siguen siendo escenarios donde persisten prácticas y discursos discriminatorios, violentos y excluyentes que repercuten en dificultades de acceso, seguridad y permanencia en los diferentes niveles de educación, presentándose altos niveles de deserción por casos de acoso, discriminación y violencia que reducen sus posibilidades de encontrar empleo formal digno.
Adicionalmente, para las mujeres lesbianas, las dificultades en el acceso al empleo tienden a presentarse cuando estas tienen una expresión de género masculina, que puede ser un criterio de exclusión en los procesos de contratación, o cuando en el espacio laboral se conoce su orientación, sin contar que en muchas ocasiones se ven enfrentadas a situaciones de acoso por parte de sus compañeros de trabajo e incluso a amenazas de violencias sexuales correctivas.
Tampoco deja de ser preocupante la situación de las lideresas y defensoras/activistas lesbianas de derechos humanos, contra quienes se evidencian graves riesgos por el ejercicio de su labor, mas no encuentran una atención diferenciada y consecuente con sus particularidades, pese a la existencia de normas que establecen que deberían existir protocolos y directrices específicas para su atención.
Las anteriores son algunas de las razones por las cuales las reivindicaciones de las mujeres lesbianas deben ser visibles, y deben serlo tanto ante los ojos de una sociedad, que no debe perpetuarse como escenario de la discriminación y la violencia en su contra a causa de su orientación sexual, como de un Estado, que pese a los esfuerzos hechos hasta el momento, debe avanzar hacia una garantía plena y significativa de sus derechos, y desde Caribe Afirmativo seguiremos propiciando estrategias, generando espacios y construyendo alianzas, para que paso a paso, las conquistas en el escenario de las luchas lésbicas sean más.