A 25 años del asesinato de León Zuleta, Caribe Afirmativo promovió un debate entre personas LGBTI e indígenas alrededor de las experiencias de vida de personas LGBTI indígenas en Bolivia y Colombia, así como de la necesaria articulación de las agendas indígenas y de la diversidad sexual y de género
Barranquilla, 23 de agosto de 2018. En un ejercicio de diálogo reflexivo en conmemoración del legado del fallecido activista del movimiento LGBTI León Zuleta, el día de hoy compartieron escenario lideresas mujeres provenientes de las comunidades indígenas Arhuacas de la Sierra Nevada de Santa Marta y de las comunidades indígenas Wayuu de La Guajira en Colombia, con activistas LGBTI de Bolivia, Colombia y Costa Rica. El espacio, que fue facilitado por Caribe Afirmativo con el apoyo del Instituto de Raza, Igualdad y Derechos Humanos de los Estados Unidos, de la OIM y USAID, promovió una enriquecedora discusión en torno a la situación actual de los derechos de las personas LGBTI en las comunidades indígenas de las Américas, así como de los retos y compromisos en la articulación de las agendas de diversidad sexual y de género e indígena.
En un primer momento, se contó con la participación de Carlos Quesada, actual Director del Instituto de Raza e Igualdad, quien compartió las oportunidades que desde el Sistema Interamericano de Derechos Humanos tienen las personas LGBTI que, a su vez, hacen parte de una comunidad indígena. En este sentido, Quesada destacó la importancia de apelar a los organismos y a la jurisprudencia internacional en casos concretos contra la discriminación hacia personas LGBTI afros e indígenas; mencionó, además, que dos grandes insumos de defensa de dichos derechos se basan en la Convención Interamericana contra el racismo, la discriminación racial y otras formas conexas, y la Convención Interamericana contra todas las formas de discriminación e intolerancia.
Posteriormente, tuvo lugar el Conversatorio Contrastes: diversidad sexual y de género en comunidades indígenas, el cual contó con los aportes de Ronald Céspedes, activista quewa de Bolivia; Lucelly Torres, lideresa Arhuaca de la Fundación Wirakoku; y Virtud Epieyu de la organización Fuerza de Mujeres Wayuu. Para Céspedes, desde su propia vivencia como indígena quechua y perteneciente a la población LGBTI, resultó un reto encontrar formas de entender la diversidad sexual en su comunidad, por lo que adoptó el término quewa, que significa persona de dos espíritus en quechua, y resaltó la existencia de estas diversidades en las naciones americanas; de ahí que comprenda como conjunta la lucha contra la discriminación hacia las comunidades indígenas y la población LGBTI. Céspedes, además, sentó una posición integracionista de los pueblos de América, en forma de resistencia a la conquista de los españoles que impuso roles sexuales e intentó aniquilar las formas de las comunidades indígenas. Por su parte, Torres desde su trabajo con mujeres arhuacas profundizó en los grandes retos que tiene la agenda indígena en reconocer la existencia de las personas LGBTI en sus comunidades, y en empezar a trabajar por ello, pues es una realidad de la que aún casi no se habla por ser tabú debido a como se entiende la Ley de Origen en su territorio, donde no ha habido aún una reflexión en torno a la diversidad sexual y de género. Finalmente, Epieyu compartió las vivencias de algunas personas LGBTI que ha tenido conocimiento en su comunidad, donde son violentadas, rechazadas y estigmatizadas por su orientación sexual, su identidad o expresión de género diversa. Así, enuncia el destierro como una de las prácticas más comunes que viven estas/os.
Por último, Caribe Afirmativo socializó los hallazgos de la investigación que realizó sobre acceso y goce efectivo de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de personas LGBTI en comunidades indígenas y afrodescendientes en Uribia y Riohacha (La Guajira) y Cartagena. De esta manera, compartió las reflexiones en torno a la necesidad de partir de la articulación de los sistemas étnicos raciales y sexo-género para comprender ciertas dinámicas que se dan en los contextos indígenas hacia las personas que son percibidas como trasgresoras de los roles de género tradicionales. También instó a continuar en el propicio de más espacios de diálogo entre las comunidades indígenas y la población LGBTI para lograr una articulación de sus respectivas agendas en el país, como un compromiso en la defensa de los derechos humanos de los movimientos sociales.
Caribe Afirmativo