Desde las Casas de Paz, se ha apostado por generar espacios culturales, formativos, artísticos, de participación política para el empoderamiento socioeconómico de las personas LGBTI en sus territorios. Desde sus voces, se han contado no solo sus las violencias que han sufrido, sino también sus experiencias de resistencia y resiliencia. Este proceso ha contribuido, asimismo, a la deconstrucción de los imaginarios negativos que, por años, han sido la justificación para la discriminación sistemática de las personas LGBTI en razón de su orientación sexual, identidad y expresión de género diversa, favoreciendo la exigibilidad y la reivindicación de sus derechos.